Cocina de inducción vs vitrocerámica ¿Cuál consume más?

Si te encuentras ante la situación de tener que renovar tu cocina, posiblemente te estés planteando la posibilidad de instalar una encimera de vitrocerámica o de inducción.  Podemos encontrar diversos factores que podrían inclinarnos por una u otra: el precio, la seguridad, la limpieza, la rapidez. Pero hay un detalle al que no se le suele prestar demasiada atención y que, realmente es muy importante. Se trata del consumo energético. Es decir, en definitiva, qué consuma más, una cocina de inducción o una cocina vitrocerámica.

Cocina de inducción vs cocina vitrocerámica

Estéticamente ambas son muy similares, pero existen unas diferencias fundamentales entre las cocinas de inducción y las vitrocerámicas:

• Las vitrocerámicas son, básicamente, cocinas eléctricas cubiertas por una placa cerámica vitrificada. La cocina de inducción, también eléctrica, genera el calor mediante unas bobinas bajo la placa que crean un campo magnético.
• Las placas de inducción son más rápidas, calentando de forma casi instantánea. Las placas de vitrocerámica tardan más en calentar y en enfriarse.
• En una vitro podemos utilizar cualquier tipo de menaje mientras sea plano. La cocina de inducción precisa de utensilios compatibles con base metálica ferromagnética.
• El proceso de inducción sólo funciona mientras haya un recipiente sobre la placa. Al retirarlo se apaga automáticamente. Por ese motivo es una opción mucho más segura.
• Igualmente, por el mismo motivo la limpieza de las cocinas de inducción es más sencilla, ya que gracias a su sistema de apagado evitamos que se queme la placa.
• Una diferencia clave se encuentra en el precio. Las cocinas de inducción son más caras que las de vitrocerámica.
• Y, por último, la cocina de inducción es energéticamente más eficiente, lo que se traduce en un menor gasto y en una menor contaminación ambiental. Veamos a continuación los motivos.

Diferente eficiencia energética entre cocinas de inducción y vitrocerámicas

Como hemos comentado anteriormente, la principal diferencia entre una cocina de inducción y una vitrocerámica es la forma de transmitir el calor a los recipientes. Gracias a la tecnología basada en el electromagnetismo, las placas de inducción evitan casi por completo la dispersión de calor. De esta manera los tiempos de cocción se reducen significativamente y los alimentos se cocinan uniformemente. Y, a consecuencia de ello, el gasto energético es menor.

Veamos a continuación algunos datos significativos al respecto:

• Una cocina de inducción tiene una eficiencia energética del 90 % frente al 40 o 50 % de la vitrocerámica. De esta forma, la inducción consume entre un 30 y un 40 % menos que la vitrocerámica, lo cual es un ahorro importante.
• El 75% de la energía que utiliza una encimera de inducción se emplea para calentar el menaje. Otras placas, como mucho dedican el 50%.
• En las placas de inducción no es necesario utilizar siempre las zonas de cocción al máximo.
• Utilizar los utensilios ferromagnéticos fabricados exclusivamente para este tipo de cocina puede parecer un problema en un primer momento. Sin embargo, como conservan mucho mejor la temperatura también contribuyen a ahorrar energía.
• No nos olvidemos de la ventaja que supone la inducción en caso de algunos descuidos frecuentes en la cocina. Si retiramos el recipiente, la placa se apaga y deja de consumir energía. No ocurre lo mismo con otros sistemas que permanecen encendidos con o sin menaje.

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